domingo, 12 de abril de 2015

PREMIOS BÚHO 2011

           -Librería ANÓNIMA (Huesca)
               -Editorial LUNWERG
                         -Pilar BES
              -Revista "LA OCA LOCA"
          -Juan DOMINGUEZ LASIERRA



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                                GLOSAS


PREMIO BÚHO 2011 A LA LIBRERÍA ANÓNIMA DE HUESCA



por José Ángel Monteagudo




            Las ciudades se iluminan con su historia y sus historias, con sus monumentos y con las maravillas naturales de su propio entorno.

Las ciudades se mueven y desarrollan con la actividad social, económica y cultural de sus gentes. Ambas aseveraciones dan vida a las ciudades. Huesca, la ciudad que alberga el motivo de esta glosa, lleva implícita esa vida.



De la mirada prepirenáica de la sierra de Guara a San Pedro el Viejo, del Casino a San Lorenzo, del monumento de las Pajaritas a la programación activa del Olimpia, de los danzantes al faro cultural de la librería Anónima, con su creciente significación en las nuevas actividades cotidianas de la ciudad oscense. Huesca vive, y se ilumina, y se mueve. Y quizá la “Anónima” sea uno de sus nuevos referentes, aportando su grano de arena insuflando nuevos ánimos y situando una y otra vez, con sus actos y trabajos, a la ciudad en ese mapa literario y cultural.



Cito esta referencia al faro cultural por la simbología del mismo. Faro que da vida, que guía a los navegantes perdidos quizá incluso a aquellos que surcan por el hastío, literaria luz en la ruta a seguir dentro de ese mundo de los libros, y que traspasa el umbral de lo regional para mandar señales al ámbito nacional.  

La “Anónima” es ese puerto seguro, es la actividad de importantes referentes culturales, artistas y escritores de todos los niveles que presentan y exponen en sus estancias, y sobre todo lugar de visita obligada de las personalidades más importantes del panorama cultural: los lectores.

Lectores apasionados que disfrutan de sus modernas instalaciones en las que se respira bohemia e intelectualidad, lectores disfrutando a su vez de un ambiente familiar y de la permanente disposición de sus responsables que los miman, lectores que disfrutan con su particular galería de exposiciones abierta a las propuestas más imaginativas, y de dos plantas acogedoras repletas de libros, de novedades y de pequeñas joyas literarias.

Ellos, los lectores, son los visitantes del faro, los que disfrutan de su llamada y del espacio que representa. También pueden disfrutar de su faro virtual abierto al mundo, su fenomenal y trabajada página web que abarca desde las noticias y novedades hasta un genial museo de las “Aes”, en el que desde anónimos como no podía ser de otra manera y artistas diversos van colaborando con sus creaciones aportando sus particulares formas de ver la letra “A”, así, el museo crece y se fortalece visualmente día a día.



Pero si importantes son los lectores, primordial, sin duda, son los habitantes del faro. Allí reside José María Aniés, Chema para todos los amigos que visitan su espacio, que cuida los anaqueles y esos espacios íntimos, que dignifica la palabra trabajo. Chema alimenta esa luz qua ya había llegado lejos consiguiendo el Premio “Librero cultural” 2009 que otorgan la Confederación española de Gremios y Asociaciones de Libreros junto con el Ministerio de Cultura. Ahora esa luz sigue alimentando nuevas perspectivas y sus destellos han llegado al Búho de nuestra Asociación Aragonesa de Amigos del Libro.



Chema trabaja también en equipo, bien acompañado en su estancia por Ana Mora y Marta Bosque, todos siguen acondicionando este particular faro para que siga llegando su resplandor a cualquier navegante ávido de cultura. Y tras su trabajo le queda tiempo para presidir la Asociación de libreros de Huesca, encargarse de la Feria del Libro y seguir apasionándose y mimando a sus libros y a sus lectores.  Si bienvenidos son los premios de cualquier índole, cuando son merecidos por aclamación de cuantos conocen la trayectoria y trabajo del premiado, satisfacen mucho más a todos. Y si bienvenido puede ser este Premio Búho para sus merecedores, bienvenida es para nosotros la presencia de la librería Anónima, ese faro cultural de las letras que continúa allí erguido en la calle Cabestany, en la antigua Bolskan ibérica,  emitiendo sus “Aes” luminosas:



Anónima, ambiente afable, aroma a albahaca.

Anónima, alma auténtica, amparo.

Anónima, amanecer, amigos,

 abnegación, audacia y aplauso.



Enhorabuena por este Premio Búho 2011.
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                  "La Ruta Xacobea. El Camino en Aragón"
                           LUNWERG Editores
                 por José Mª Hernández de la Torre 


       Es conocido que la formación del Reino de Aragón y el apogeo de las peregrinaciones a Compostela son dos fenómenos históricos que no sólo coinciden cronológicamente, en los siglos XI y XII, sino que, además, están fuertemente entrelazados. Los primeros monarcas aragoneses, sobre todo Sancho Ramírez, abrieron sus dominios a las influencias de la Cristiandad europea y al paso de los nutridos contingentes de personas de toda procedencia y condición que se dirigían a venerar la tumba del Apóstol Santiago, o se instalaban como nuevos pobladores en las localidades que iban creciendo a lo largo de aquel itinerario. El  Camino sirvió para vertebrar el territorio de la naciente entidad política, para su incremento demográfico, para el renacimiento urbano y la recuperación del tráfico mercantil, y también para el intercambio de ideas, usos, tendencias culturales y modas artísticas; la reforma gregoriana, efectuada por los cluniacenses a impulsos del papado, se difundió por la Península desde San Juan de la Peña, y el estilo románico francés desde la catedral de Jaca, mientras el innovador Fuero otorgado a esta ciudad servía de modelo jurídico para los de numerosas villas de los reinos pamplonés, castellano y leonés. Los reyes y las órdenes monásticas protegieron, acondicionaron y fomentaron el Camino de Santiago, del que una de las grandes vías -la tolosana- cruzaba los Pirineos por el Somport, para reunirse con las demás, ya unificadas desde Ostabat, en la navarra Puente la Reina, y conformar en conjunto el llamado "camino francés".

    Se me disculpará este sintético exordio, que me sirve para afirmar rotundamente que el tramo aragonés de ese Camino tuvo la misma importancia que el navarro, que ambos están en idéntico plano, y ello sin necesidad de aludir a la preeminencia, tanto temporal como jurisdiccional, del monasterio y hospital de Santa Cristina. Pero tal incontrovertida evidencia histórica suele ser ignorada por quienes, fuera de Aragón, tratan el tema. Probablemente algún motivo para ese deconocimiento haya que buscarlo en el olvido por parte de los propios aragoneses hasta la nueva eclosión jacobea de estos últimos años, quizá porque la ruta medieval sólo afectaba a una pequeña porción del montañoso y poco poblado ángulo noroccidental de nuestra tierra, lejos de Zaragoza, a diferencia de lo que ocurre en la Comunidad Foral vecina, cruzada de norte a sur por el otro tramo confluyente, y con travesía de la misma capital, lo que ha hecho preservar mejor allí la memoria del paso de los peregrinos. Lo cierto es que buena parte de las publicaciones, no pocas cartografías y la generalidad de los medios de difusión, cuando se refieren al Camino de Santiago, lo mutilan dando por sentado que su trayecto en España empieza sólo en Roncesvalles.

     Por eso, sorprende muy gratamente que una editorial exterior y de tanto prestigio como Lunwerg, cuya sede principal está en Barcelona, haya dedicado al tema uno de sus hermosos volúmenes, con ocasión del  Año Santo Compostelano de 2010. Lo titula "La Ruta Xacobea. El Camino en Aragón", y su publicación se hizo efectiva por iniciativa y con el patrocinio y financiación de la Obra Social de Ibercaja. Tiene el mérito inicial de situar de nuevo el nombre de nuestra tierra en un mapa -el del Camino histórico de Santiago- del que nunca debería haber sido borrado.

    Pero tan loable designio no habría sido razón suficiente para el premio, si no se hubiera materializado en un producto de muy alta calidad, valioso por sí mismo y no sólo por la simpatía que su objeto nos suscita. Tenemos en las manos un bello ejemplar de libro, de gran formato y muy cuidada edición, que al paso de sus hojas combina armoniosamente el interés cierto de la lectura con un auténtico recreo para la vista.

 La obra se estructura básicamente en tres grandes apartados, dedicados, respectivamente, a la descripción histórico-geográfica "de los caminos de Aragón que van a Compostela", al "arte y arquitectura" en ellos y al "paisaje en el Camino". Feliciano Novoa Portela, José Luís Gutiérrez Robledo y Javier Fernández de Castro son los autores de los correspondientes textos, cuyo enfoque a un lector mayoritario, interesado pero no especializado, es perfectamente compatible con el rigor de la información, la exactitud de los datos y el adecuado sustrato documental, de manera que nada relevante falta en el contenido de aquellos capítulos, de bien medida extensión. Se presta en ellos, claro está, atención preferente a la ruta principal, la descrita hace casi nueve siglos por Aymeric Picaud en el Liber Sancti Iacobi del Codex Calixtinus, sin pasar por alto la referencia a los lugares que preceden y conducen a la travesía por el territorio aragonés, que no puede considerarse aislada del conjunto. Pero se alude también, en equilibrada proporción, a "los otros caminos de Aragón": los catalanes por Jaca y por Zaragoza, el camí de Sant Jaume del Ebro y los valencianos, todos los cuales completan la red viaria jacobea en nuestra tierra.

     El grueso material del tomo lo compone, sin embargo, el aspecto gráfico: se trata de un libro eminentemente visual. Casi centenar y medio de fotografías de extraordinaria calidad, la mayoría de gran tamaño y muchas a doble página, testimonian la enorme riqueza monumental y paisajística que el caminante encuentra a su alrededor, los rincones insólitos y los detalles artísticos que puede degustar. Responsable de la selección, Marc Llimargas i Casas es, además, autor de una buena parte de las vistas seleccionadas, entre cerca de treinta nombres de acreditados fotógrafos, algunos de los cuales -como Xurxo Lobato o Domi Mora- aportan también una significativa cantidad al magnífico conjunto, de cuyo diseño y maquetación se responsabiliza Bettina Benet.

       La traducción al inglés de la parte textual -The Way of St. James in Aragón-, debida a Peter Smith, unas espléndidas tablas cronológicas, elaboradas por Fernández de Castro, y una relación bibliográfica verdaderamente selecta redondean esta producción editorial, que ha merecido la atención de nuestro búho porque, como traspasando la impresionante portada románica del monasterio de Sigena, con sus catorce arquivoltas abocinadas, que abarca totalmente la sobrecubierta del libro, invita a entrar en la magia legendaria de la peregrinación jacobea y en el sugestivo conjunto de bellezas naturales, históricas, arquitectónicas e iconográficas del Camino de Santiago en Aragón.

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PILAR BES
Coordinadora de las Bibliotecas Públicas Municipales
por JOSÉ LUIS DE ARCE





Les presento a PILAR BES, natural de Quinto de Ebro, licenciada en Historia, bibliotecaria por oposición, funcionaria del Ayuntamiento de Zaragoza, donde desempeña el cargo de Coordinadora de las Bibliotecas Públicas Municipales de Zaragoza, que alcanzan ya la cifra de 24, logro al que no ha sido ajeno el empeño de nuestra premiada de hoy.



Es persona de trato amable, muy profesional en su trabajo, para el que está sobradamente preparada,  y se siente desde siempre atrapada por el mundo de las bibliotecas, institución que considera clave en el campo del desarrollo cultural y humano en general, así como puerta de acceso a la comprensión del mundo, a la convivencia y a la universalidad.



Es también, y sobre todo, según confiesa,  y así se aprecia en la conversación con ella,  una persona vocacional, entregada a su tarea, entusiasmada con sus proyectos y generosa con su tiempo cuando se trata de cualquier asunto que tenga que ver con los libros y la lectura;  y tiene, además, la gran ventaja de que cree en lo que está haciendo y le gusta lo que hace,  con lo que su trabajo se convierte en algo con lo que disfruta y de ahí esa sonrisa limpia que ilumina el rostro de Pilar.



Su vida profesional, desde aquéllos lejanos comienzos en la Biblioteca Santa Orosia ha estado siempre ligada al desarrollo, organización y equipamiento de la Bibliotecas; aunque ella ha ido siempre más allá,  ya que nunca ha abandonado los dos vectores que han sido las líneas maestras de su actividad, además de hacer las cosas bien: el fomento de la lectura y la potenciación de las secciones infantiles, por las que dice sentir una auténtica discriminación positiva.



Cumplir bien con su función es el deber del funcionario, pero hay quien, como Pilar, añade algo más a lo que podría plantearse como una labor más o menos rutinaria: se adelanta, propone, tiene iniciativas, lidera un equipo, empuja, atiende y no desfallece. Si ahí ponemos también un toque de humanidad, cariño, delicadeza, simpatía y buen humor, estamos ante algo cercano a la excelencia en el desempeño, aunque el velo de la modestia propio de las grandes personas, trate de ocultarlo.



Ahí tienen ustedes las guías del usuario, verdaderos manuales de introducción al buen uso de las bibliotecas; los recitales organizados con asociaciones y entidades diversas; las colecciones de marca-páginas, siempre aprovechadas para la divulgación cultural;  la cuidadosa atención al mundo de los niños y su estimulación hacia la lectura;  la edición de folletos temáticos;  las guías de lectura; la celebración del día del Libro, las sesiones de cuenta-cuentos… en fin, toda una brillante constelación de actividades que exceden, con mucho, la mera llevanza de una biblioteca del sector público. Todo un ejemplo, desde un Ayuntamiento que ha sabido superar los cambios políticos para consolidar la continuidad de un proyecto cultural que ha conseguido sumar voluntades políticas distintas y demandas ciudadanas. En este punto debemos felicitar doblemente al Ayuntamiento zaragozano por una trayectoria mantenida y por haber acertado plenamente en la persona capaz de llevarla a cabo.



Por todo ello, este premio no se da a una funcionaria que se limita a cumplir más o menos eficazmente su trabajo: se ha buscado poner de relieve ese valor añadido, no exigible, pero muy valioso,  que Pilar aporta a su trabajo, extralimitándose, en este caso para bien, en lo que sería el cumplimiento estricto y formal de sus obligaciones funcionariales y entendiendo que la función pública es, ante todo y sobre todo, un servicio a la sociedad en el que cada uno debe poner lo menor de sí mismo.



Pilar lo viene haciendo así, discreta y silenciosamente, desde hace mucho tiempo; es hora ya, por tanto, de que la rescatemos unas horas de entre sus libros y lectores y le ofrezcamos el reconocimiento que merece,  para lo que le entregamos hoy uno de los premios BÚHO de este año.

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BÚHO A LA REVISTA “LA OCA LOCA”
Por Ángel HERNÁNDEZ MOSTAJO

Ha sido una satisfacción para nosotros el conceder uno de los premios búho a la revista ‘La Oca Loca’, que publica el centro penitenciario de Daroca.

Comenzó a pensarse en ella en el año 2004. Javier Mesa, que coordina las actividades culturales, y cinco internos fueron los que dieron los primeros pasos, con la colaboración del periodista Luis J. García Bandrés. La idea inicial era tan modesta que pensaban publicarla en fotocopias y ver sobre la marcha si la idea cuajaba. Pero la gran ayuda de la Diputación Provincial de Zaragoza hizo que el número 1, de septiembre del 2005,  ya saliera impreso y en color.

Retrocedamos un momento. ¿Por qué eso de ‘La Oca Loca’? A primera vista, no parece un nombre muy adecuado para ese tipo de publicación. Como me explicaba Javier Mesa, cuando empezaron a darle vueltas a la idea de la revista, lógicamente, uno de los puntos primeros era pensar en el nombre. Y uno salió por allí que si La Oca; otro, con humor la redondeó añadiéndole lo de loca; un tercero, que si rimaba con Daroca; y alguien más remachó citando que en el escudo de la ciudad de los Corporales figuran seis ocas. ¿Motivo de esto último? La leyenda dice que estas con sus graznidos despertaron a los centinelas de la población cuando el Jerife de Cuenca cabalgaba con su ejército hacia Daroca con intención de apoderarse de ella. La ciudad agradeció así la ayuda de esas aves. Pero aún hay más. No olvidemos que en el juego de la oca existe la casilla 52. ¿Y qué se representa en ella? La cárcel. Está claro que la revista estaba predestinada a ser llamada así.

Y si el nombre de la revista rezuma humor no es por casualidad. Leamos el primer párrafo del editorial del primer número: “Querido compañero o compañera que ingenuamente has tomado estas páginas entre tus delicados dedos y te dispones a echar un vistazo a ver qué pasa. ¿Es que no tenías otra cosa que hacer? ¿Esperas tal vez emociones fuertes, palabras arrebatadoras, conocimientos arcanos? Pues vas listo. Este es un producto bajo en calorías, sin isoflavonas ni ácidos omega3. Un minúsculo entretenimiento a lo más. No se le pueden pedir guayabas al melonar”. Son listos, son listos los padres de la Oca Loca. El humor aquí no es un fin en sí mismo, ni puede serlo, sino el astuto ardid que con amenidad introduce al lector en cosas serias e importantes. Si la revista se nos cae de las manos por aburrida, ya da igual su contenido. Sí, hay chistes de Marianico el Corto, y crucigramas autodefinidos, y recetas de cocina y relatos con lenguaje taleguero (por cierto si la Real Academia recoge en su diccionario ‘talego’ en su acepción de ‘cárcel’, habrá que solicitar a tan docta institución que incluya también lo de ‘taleguero’, ‘lo relacionado con el talego’), pero todo esto nos conduce a los artículos que nos hablan de literatura, de ciencias, de economía, de arte, de historia, de viajes… Igual aparece Goya que lo hacen Mahoma, Isaac Newton o Elvis Presley (recordemos el rock de la cárcel). Y así cumple, en palabras del director del centro,  la contribución a la promoción de la cultura en el ámbito penitenciario como un elemento básico  en el objetivo de reinserción social. Ojo, no nos engañemos. No se olvidan en ningún momento de que es una publicación que se mueve en el ambiente carcelario y que sería un engaño pintar todo de color de rosa. Hay poemas conmovedores que solo pueden escribirlos los privados de libertad. También aparece la voz de los internos con preguntas al director de la prisión del tipo ¿Es cierto que después del desembolso de Navidad y fin de año nos van a ajustar el cinturón, alimenticiamente hablando? o ¿Cómo puede una psicóloga, asistente social y educador llevar la gestión y tratamiento de más de un centenar de internos por módulo?

Con lo dicho hasta ahora, podría llegarse a pensar que la Oca Loca es una revista hecha por los internos de Daroca para los internos de Daroca. Nada más lejos de la realidad. Os invito a que entréis en la página web que desde mayo del 2009 figura en internet. www.revistalaocaloca.com.

Lo primero que vemos es que son 36 los articulistas que, junto con los internos, han ido llenando y llenan las páginas de la Oca Loca. Son nombres, unos aragoneses y otros no, muy conocidos en los distintos campos culturales y que no dudan en colaborar desinteresadamente con la revista. Sería injusto citar aquí a solo algunos de ellos.

Lo que destaca es la intercomunicación que hay con un gran número de centros penitenciarios de toda España. Ya hay 16 centros colaboradores pertenecientes a 13 comunidades autónomas; entre ellos, como no podía ser menos, los de Zuera y Teruel. En una fecha no lejana, el objetivo es completar la red con las 17 comunidades. Y lo harán,  ya lo creo que lo harán. Les sobran entusiasmo y experiencia. No se les desvía la brújula y saben perfectamente a dónde apuntan. La Oca Loca está muy cuerda. Enhorabuena por el premio. Gracias



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 JUAN DOMÍNGUEZ LASIERRA
por Fernando Gracia Guía





     Quiero pedir prestado el título de la sección que nuestro premiado desarrolla desde hace años en las páginas del Heraldo de Aragón. Él la titula “en saco roto”, y como puede comprobar no ha caído en tal su ejecutoria para nuestra Asociación, pasando desde ahora a engrosar esa lista en la que desde hace años se encuentra su amada Ana María.



      La labor de nuestro premiado, JUAN DOMÍNGUEZ LASIERRA, no se reduce con ser mucha a los casi cuarenta años escribiendo en el Heraldo de Aragón, sino que abarca una amplia producción literaria que va desde sus estudios sobre la obra de autores como Jarnés, Gracián, García Mercadal, Mendizábal, López Rienda o Costa, por citar algunos, hasta sus recientes éxitos literarios sobre el Aragón legendario o ese “Chufla, chufla””, todo una brillante inmersión en las características de nuestra tierra.



      Desgranar en estas líneas todas y cada una de las producciones de la fértil pluma de nuestro premiado podría llegar a apabullar a la sala. A este humilde glosador la lectura del curriculo que tuvo a bien solicitar del premiado le ha producido tal impresión.



      De la lectura del mismo y de lo que se desprende de esos artículos de prensa en los que tan transparente se nos muestra, uno cree vislumbrar un enorme sentido de la curiosidad, la sensación de que todo le interesa a este hombre y la idea final de que casi todo entiende y sabe explicarlo en bellas líneas escritas con pluma ágil y clara.



       A lo mejor esa habilidad le viene de sus estudios de química, de la que es licenciado, por los que aprendió hábiles fórmulas, que luego aplicó a sus otros estudios, los de ciencias de la información y de los que finalmente acabó viviendo y yo diría también que disfrutando.



       Cuando leo sus crónicas confieso que me da algo de sana envidia, al saberle viajero en los sitios más impensables, donde sus inquisitivos ojos no pierden detalle y saben ver lo que otros a lo peor no veríamos. Como la que he sentido al saber que en su labor de periodista ha podido entrevistar a gentes como Salman Rusdhi, Cartier Bresson, Severo Ochoa, Sender o Dámaso Alonso. Casi nada…



        Aunque los papeles oficiales digan que está jubilado, afortunadamente para la cultura no lo está. De hecho su actividad literaria se ha hecho más visible en estos últimos años, y ahí están los libros que he mencionado antes y que le ha editado Delsan, otro de nuestros Búhos precedentes. Y no olvidaré su constante presencia en actos culturales bien presentando libros ajenos, dando conferencias –como la que impartió para nuestra Asociación hace unos meses-, participando en mesas redondas, simposios varios y siguiendo la labor de su querida Ana María en la magnífica revista Turia.



       Nuestra Asociación ha estimado en lo que vale la labor de este aragonés, que tanto ha hecho para difundir la obra de otros aragoneses y que ha sabido indagar en nuestra historia, nuestras costumbres, nuestros mitos y leyendas. Un hombre que va por la vida con una sonrisa puesta, afable, cordial y con los ojos bien abiertos para absorber todo lo que ve y saber luego contarlo con una hermosa prosa al alcance de todos los lectores, que ya son tantos que algunos de sus libros alcanzan puestos importantes en las listas de ventas.



        Por estas razones y porque sabemos que a Ana María también le habría hecho ilusión de haber podido acompañarnos, nuestra Asociación Aragonesa de Amigos del Libro le concede uno de sus búhos en la presente edición.